Arquitectos: Ricardo Abuauad
Ubicación: Barrio República, Santiago, Chile
Colabiradores: Ximena Schnaidt Esterio
Dibujo técnico: Waldo Clavería
Inspección técnica: INSPECT S.A.
Calculo estructural: Luis Soler y Cia.
Ingeniería eléctrica: Fleischmann S.A.
Construcción: Constructora INARCO
Presupuesto: U$ 1,046,770
Superficie del terreno: 2112,5 m2
Superficie construida: 571,90m2
Año de construcción: Enero 2009 – Julio 2009
Fotografía: Guy Wenborne
El primer proyecto de transformación de la sede de la Facultad que recibimos como oficina data del año 2003. Las necesidades en aumento de las tres escuelas actuales y del Magíster, hicieron necesario evaluar en el 2008 las posibilidades de extensión de la actual sede.
La normativa para el sector es restrictiva en altura pero permite una ocupación de suelo del 100%, ocupación que, de ser explotada, pondría en jaque el espacio destinado a patio y la vida universitaria que él acoge.
Así, el desafío radica en concebir la mayor superficie útil posible con el mínimo de impacto en el suelo. Decidimos llevar esta pregunta al extremo.
A partir de esa visión, nos resultó evidente que este cuerpo debía estar elevado, fundándose en puntos estratégicamente elegidos para posibilitar vida de patio alrededor y bajo él.
El edificio se ubica entonces en el único sector del terreno que contaba con suelo natural para fundar: el patio del segundo subterráneo, antesala del auditorio en el deslinde norte. Se propone crear una estructura que situara el primer nivel del edificio nuevo elevado 10m con respecto al suelo, haciéndolo coincidir con el segundo nivel del edificio original y permitiendo, así, el acceso de luz natural a ese hall de triple altura que se crea, a través de la diferencia de un piso con respecto al nivel del patio principal.
Además de la necesidad de elevar esa base de fundación, el desafío estructural mayor consiste en que, dado que el programa solicitado era la creación de salas de gran tamaño, no resultaba posible imaginar elementos verticales continuos del piso a la cubierta que habrían fragmentado el espacio en ellas. Así, la idea de una “columna vertebral” continua fue reemplazada por una suerte de “mesa” de hormigón armado, un nuevo suelo elevado a 10 metros del piso, sobre el que a su vez se instala un edificio metálico de tres niveles.
La elección de columnas en forma de “V” para soportar esa mesa persigue el acentuar la estrategia de minimizar el impacto en el suelo. Ello sólo fue posible al compartir los esfuerzos con un sistema de hormigón armado formado por el medianero (Oriente-poniente) y 7 contrafuertes (norte –sur) que creaban la rigidez necesaria.
Ese mismo sistema de medianero/contrafuertes permitía la creación de un tragaluz a todo lo alto del edificio en el deslinde norte, con iluminación natural y ventilación cruzada con respecto a la fachada sur.
La espacialidad del espacio creado bajo el edificio nuevo sugirió una utilización a la manera de sala de exposición, asunto para el que la Facultad tiene siempre alta demanda.
En términos medioambientales, la existencia de un volumen que cerrara el patio hacia el norte permitía además una sombra necesaria para la habitabilidad de éste. Como medida de acondicionamiento, se complementa con una celosía perforada en la fachada poniente del edificio preexistente, que mejorará notablemente su uso en verano. Su trama maneja opacidades variables en función del asoleamiento que recibe en distintas alturas.
Las dos fachadas nuevas se plantean monocromáticas en un gris oscuro uniforme que permita la convivencia con la fachada de colores preexistente. La fachada nueva, con exposición sur, propone una forma dinámica de relación con el patio al que mira, a través de una serie de vitrinas proyectadas en diferentes posiciones, que serán habitadas por nuestros estudiantes, sus trabajos y las exposiciones que surjan de ellos. Esta fachada se constituye, entonces, como una suerte de soporte vertical disponible para ser utilizado y transformado de acuerdo a la imaginación y necesidades de sus habitantes.
En el interior, ambas fachadas (la que da al patio y la que da al tragaluz) permiten el acceso de luz y de ventilación. En el caso de requerir el oscurecimiento completo para proyecciones, paneles correderas se despliegan a lo largo de ellas. En el caso de la fachada al norte, su revestimiento interior permite el que sean utilizados como pizarras.
Por último, una breve reflexión sobre la relación entre el edificio propuesto y sus habitantes. Dado el que ellos provienen de disciplinas en las que mostrar el trabajo realizado y debatirlo es parte inherente del proceso de enseñanza, la capacidad de la obra de acoger esta necesidad de exponer ha sido un tema clave. Cada acción sobre ella ha sido explorada a la luz de multiplicar estas posibilidades, desde las barras de colgar distribuidas en cada sala a las vitrinas de la fachada, desde los potenciales de exhibición bajo el sombreadero de la terraza hasta el hall en la base del edificio. El punto de unión con la fachada de colores ha sido elegido con el mismo criterio: permite el conectar con la sala de exposición con la que la facultad ya contaba, extendiéndola hasta crear un circuito continuo, fluido y versátil en el que la acción de mostrar y discutir sobre ello se reproduzca en variadas instancias y formas.
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